Como una espada sacada del mar, Mary Claire, la líder de Slake, tiene una voz y una canción que existen en el reino de la tradición antigua, el amor prohibido y la sed saciada. Esta artista del área de la bahía se mueve y actúa a la orilla del agua, creando una melódica sensación de pertenencia en la naturaleza fugaz de cada historia creada. La versión actual de su melodía ha crecido desde los días de cantautora homónima de Mary Claire. Después de grabar su próximo disco durante un caluroso verano en el valle del Hudson, el álbum debut de Slake, Let’s Get Married, ha destilado la calidad sonora de su actuación para forjar y encarnar un género que solo puede definirse como doom-folk lésbico. La presencia de su set en vivo se ha transformado con los años en algo más clarividente, algo con un crujido, algo suave con dientes, como un paseo entre las hojas de otoño con un amante a distancia. Slake actúa como siempre has soñado que se sentiría ese primer beso.

Like a sword pulled from the sea, Slake’s front person Mary Claire has a voice and song that exists in the realm of ancient lore, forbidden love, and quenched thirst. This bay-area-based artist moves and performs along the water’s edge, creating a melodic sense of belonging in the transient nature of each story crafted. The current iteration of their tune has grown from Mary Claire’s self-titled singer-songwriter days. After tracking their upcoming record during a hot hot summer in the Hudson Valley, Slake’s debut album Let’s Get Married has distilled the sonic quality of their performance to carve out and embody a genre that can only be defined as lesbian doom-folk. The presence of their live set has transformed over the years into something more clairvoyant, something with a crunch, something soft with teeth – like a walk through fall leaves with a long-distance lover. Slake performs like how you’ve always dreamt that first kiss might feel.